La gente camina en silencio con la cabeza hundida entre los hombros y la mirada puesta en las baldosas. Por el asfalto un ómnibus avanza más rápido como si quisiera escapar de esas caras taciturnas. Cuando llegó a la esquina que marca el final de su recorrido, antes de doblar, el motor lanzó un quejido sordo. Un hombre levantó la cabeza sorprendido por el ruido y miró a su alrededor. El ómnibus ya había doblado y el hombre sólo vio cuerpos encorvados y escuchó el zumbido constante de cientos de pares de pies que se arrastran sobre la vereda. Metió la cabeza entre los hombros y siguió caminando.
Mi ventana a Montevideo
La ventana de mi cocina
En la foto también hay gente
La ventana del living de casa
Eco
18 es un tango
Pasta con tuco
Montevideo en silencio
¡Por fin!
Antes de la tormenta
Color de noviembre
Fill in the blanks
Amanece
Despegue
Un espejo de regalo
Salir de ronda
Un verano a la sombra
El fin del año
Los amables extraños
¡Feliz año! ¡No dejen de soñar!
Bailar el tango
Los anfitriones del viento
Los anfitriones del viento (2)
Los anfitriones del viento (3)
Un sonido fresco
Los unos y los otros
Milonga en Montevideo
Caen pingüinos
Por acá sopló
Martes de carnaval
Marzo
Casi lunes
Ser mujer en Uruguay
La rambla de Pocitos
Playa Pocitos
Salimos a caminar
La rambla, es mía
Humedad
Cántaros iluminados
No me canso de la rambla
Mi molino
Montevideo se destiñe
Servicio completo
Contrarreloj
Casa y comida
martes, abril 25, 2006
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