Martes de carnaval

Crucé 18 de julio caminando bien despacio y con el semáforo en rojo. Circulan algunos ómnibus y taxis, no hay autos particulares, la gente no se ve en las veredas, y las palomas no están en la plaza. El carnaval se festeja en otro lado, bien lejos de Montevideo y sobre todo del centro de la ciudad.

Volví a casa en un ómnibus vacío. Antes de entrar al edificio donde vivo fui al supermercado para comprar esa flauta de pan de manteca que alimenta mi antidieta y acompaña el mate. En el comercio no había otros clientes. Estaba la cajera y el muchacho que lleva los pedidos. Nadie más. Saludé y fui derecho al fondo donde están los panificados.

Cuando me acerqué a pagar escuché a la cajera intentando animar al chico de los pedidos. Él estaba deprimido porque le tocó trabajar en carnaval. Ella, para animarlo, le quería cocinar algo rico. Le dijo: "mirá, agarramos media docena de huevos, rompemos tres y decimos que se cayó. Con los otros tres huevos te hago una torta y le ponemos dulce de leche. ¿Qué te parece?".

Mi ventana a Montevideo
La ventana de mi cocina
En la foto también hay gente
La ventana del living de casa
Eco
18 es un tango
Pasta con tuco
Montevideo en silencio
¡Por fin!
Antes de la tormenta
Color de noviembre
Fill in the blanks
Amanece
Despegue
Un espejo de regalo
Salir de ronda
Un verano a la sombra
El fin del año
Los amables extraños
¡Feliz año! ¡No dejen de soñar!
Bailar el tango
Los anfitriones del viento
Los anfitriones del viento (2)
Los anfitriones del viento (3)
Un sonido fresco
Los unos y los otros
Milonga en Montevideo
Caen pingüinos
Por acá sopló
Martes de carnaval