Las señoras sentadas detrás de mí condenaron la pena de muerte cuando terminó la película. Qué horror, te das cuenta, pobre muchacho. El cuerpo cayó de golpe, se sacudió y permaneció suspendido por la cuerda alrededor del cuello en una de las últimas escenas de Capote. Es Perry el que cuelga de la horca, uno de los asesinos de la familia Clutter en Kansas (USA) y uno de los protagonistas de la genial novela de Capote.
El director de la película muestra a los asesinos más humanos que el propio Capote, según mi recuerdo de la lectura de A Sangre Fría que me atrapó hace algunos años. Capote creo los quiso, los usó un poco, les mintió otro tanto, y escribió una novela genial. Me asqueó cuando mentía pero quise estar sentada junto a él en esa celda conversando con los dos. También quise estar como él en la Costa Brava escribiendo un libro. En el proceso de creación parece que el escritor se tragó al hombre. Hay que tener cuidado...
(Se estrenó esta semana en Montevideo: http://www.cartelera.com.uy/)
lunes, febrero 27, 2006
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