miércoles, noviembre 16, 2005

Montevideo en silencio

Me levanté temprano y me preparé para ver el partido: armé el mate, me serví yogurt con frutas, un té, y unas tostadas con ricotta. Prendí la tele y la computadora. Bajé unos mails y escribí otros. Pasó el primer tiempo, con el gol. Terminó el segundo tiempo y sonó el timbre. Era mi padre. Vimos juntos el alargue y los penales. Apagué la tele cuando la pantalla se llenó de alegres australianos a los saltos. Mi padre me miró sin decir nada. Tampoco escuchamos ruidos, ni un motor, ni un grito, ni una puteada.

2 comentarios:

Gonzalo Paredes dijo...

Lo que más me llamó la atención fue algo que sucedió unos minutos después de terminado el partido, en un programa de la televisión. El periodista intercepta en la calle a un muchacho y le pide una opinión sobre la derrota. El muchacho se sorprende con total sinceridad: "¡¿Perdió Uruguay?!"

Anónimo dijo...

Bonjour...