Las esquinas de Montevideo se llenan de niños y no tan niños, de gente que pide, de gente que se ha vuelto otra entre la misma gente.
Cuando llueve unos usan paraguas y otros esperan en la calle con el lampazo en la mano, debajo del agua, a que pare un auto en la esquina del semáforo.
Cuando el semáforo cambia unos detienen la marcha y otros estiran el brazo para secar vidrios una tarde de lluvia y después abrir la palma de la mano a ver si la otra mano se asoma con una monedita por la ventana.
Mi ventana a Montevideo
La ventana de mi cocina
En la foto también hay gente
La ventana del living de casa
Eco
18 es un tango
Pasta con tuco
Montevideo en silencio
¡Por fin!
Antes de la tormenta
Color de noviembre
Fill in the blanks
Amanece
Despegue
Un espejo de regalo
Salir de ronda
Un verano a la sombra
El fin del año
Los amables extraños
¡Feliz año! ¡No dejen de soñar!
Bailar el tango
Los anfitriones del viento
Los anfitriones del viento (2)
Los anfitriones del viento (3)
Un sonido fresco
sábado, enero 14, 2006
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1 comentario:
Cool photo.
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