Luego de un estudio a fondo mi tía descartó al vecino de la lista de candidatos. El joven reunía según mi tía buenas condiciones que lo convertían en una posibilidad a considerar: un muchacho joven, profesional con techo y auto propio, quien además la saluda con educación.
Si bien mantuvo durante meses su candidatura en alza insistiéndo en que lo conociera hasta hacerme perder la paciencia: ¡¡tía por favor!!¡ ¡no me hables más del vecino!! ¡¡no me interesa!! Ella hizo un silencio y me dijo con voz pausada: no sabés si no te interesa. Primero tenés que conocerlo.
La insistencia aflojó una tarde de mayo cuando la vestimenta del joven resultó demasiado colorinchuda. Pero el mal gusto para vestir fue pronto olvidado y terminó mayo y empezó y casi terminó junio con una presión sostenida hasta hoy cuando me llamó para anunciar que el vecino después de todo no era un buen candidato.
A la suma de sus virtudes había que quitarle puntos por la madre quien cuenta con todo el potencial de convertirse en una pesadilla como suegra. No te conviene nena, me comentó mi tía y yo le agradecí la advertencia.
Mi tía
Almuerzo con mi tía
Bautismo
El ansia y el hígado
Cosas de celestina
Estampitas
Sin ceremonia
En juliana
Un sombrero con pluma verdeLa Chunga
Modelo
Una eterna espera
Instrucciones
Lograr el tono
La cantarola
Las cosas en orden
Fiesta de San Expedito
Volando en un angel
¡Que te me cases!
Tu primera familia
Un posible candidato
Perfiles
Nueva estampa
Condición
Alcanza con tener algo
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