desconecto /
levanto la tapa de los sesos /
y me siento en el brocal redondo de ese pozo /
en el borde del hueso de la frente
como un pescador de caña
con las piernas y la mirada hacia adentro /
se observan sustancias tensas
donde cae el anzuelo y se hunde /
mis ojos / focos de luz /
señalan el recorrido / y se sumergen /
hay materias / intercambios
de estrategia finísima
que sucumben ante mágicos transistores /
más adentro se excita la neurona reina
de largos pelos / escapada del caos:
un émbolo incesante la viola /
la deja / la penetra / la suelta /
círculo integrado / sí / y no /
fibrilando entre dudas /
entre diodos salvajes /
yo observo y soy observada /
y atentamente percibo
el bamboleo de las piernas
del pescador de caña /
el golpe de los pies / dándose
contra la pared interior del frontal
a la altura de mis cejas /
con un gesto lento en abanico
de mi mano izquierda / despejo
ese apenas palpitante dolor de cabeza
que me sirve de apoyo
como un mojón o término prehistórico /
-¡no golpeen ahí, por favor! les grito /
estar adentro es estar afuera/ quizá /
seguí derivando /
iba en el agua sagrada a la pesca
de bestezuelas memoriosas /
pensé: cerrar la tapa de los sesos /
y mis piernas se ubicaron / rápido /
debajo de la mesa en la que escribo /
muy cerca / nuestra perra Inga
duerme arrollada / negra /
sobre una manta color caoba /
Setiembre 1991 - junio 1992
Amanda Berenguer, El pescador de caña
(1921 - 13 de julio de 2010)
martes, julio 13, 2010
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