lunes, marzo 12, 2007
Una delicia
la mañanita montevideana, con sol, con aire suave que levanta olas hojaldradas. Alguien suelta un montón de perros en la playa, corren saltan y se zambullen en el agua. Arriba todavía ronronea algún motor. Es un helicóptero -o dos, o más de dos- que va y viene por la costa de la ciudad.
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Mi ventana a Montevideo
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