martes, julio 14, 2009

Segundo llamado

Estoy a la espera de la reunión de copropietarios del edificio. El primer llamado era a las ocho -hace un minuto- y el segundo llamado es a las ocho y treinta. Una vez asistí al primer llamado a las ocho en punto. Estaba un poco emocionada porque recién me había mudado y quería conocer a los vecinos. Esperé media hora en el frío pallier hasta que llegaron los otros para empezar la reunión. Ahora termino el café con leche con tostadas, miro el reloj de reojo, espero que se pase el rato acá calentita tratándo de descifrar el motivo que tendrá la existencia del primer llamado. Es decir, ¿por qué alguien iría a la hora del primer llamado si no está recién mudado y emocionado por conocer a los vecinos? ¿La existencia de dos llamados será algo así como una media hora de tolerancia? Eso que hacían algunos profesores pero con cinco minutos: "La clase empieza en hora; después de ocho y cinco cierro la puerta y nadie entra." O el tiempo a que espero en un boliche a que alguien llegue (después de media hora lo considero un plantón). O las veces que alguien invita a salir a otro alguien pero recibe un no: el primer llamado incluye un segundo llamado. No debería haber una tercera oportunidad. (Los tenaces, tercos y obsesivos estamos exhonerados de esta regla). O las llamadas de mi tía que llegan con eco. Suena el teléfono, te habla, corta, y luego llama de nuevo. Son ocho y veinticinco. Me voy.

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