lunes, agosto 10, 2009

Desencuadre

La imagen llega de a poco como si el fogonazo me hubiera cegado y tuviera que refregarme los ojos para entender dónde estoy. Ese dibujo me saca del lienzo y me hace pequeña como una ninfa que se sostiene al cuadro colgando de una hilacha que se estira mientras la tela se desarma. Sería lo mismo desaparecer de un pincelazo pero yo me deshilacho. Me cargo de aquellos colores y caigo como una gota de óleo que empuja al hilo con su propio peso. No sé que es lo que sujeta el marco, pero no es a mí. Yo estoy acá en este nudo silencioso y colorido que no tiene lienzo donde nacer.

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