sábado, octubre 27, 2007

Desde el árbol

La ropa colgada suda desde unas cuerdas atadas al tun tún en las ramas bajas del árbol. Desde las ramas altas, abrazada al tronco, miro con detenimiento al piso seco que recibe una gota detrás de la otra. Las gotas caen y el suelo sediento las recibe. Una brisita se cuela entre las prendas, y las gotas se alborotan. Mientras escribo en la tele hubo un asesinato. Fue en un hospital, el asesino inyectó algo en el suero, y ahora los policías investigan a todos los doctores. De pronto, la música cambia y acelera el ritmo igual que las gotas. Apareció una sospechosa. Sacudo las hojas del sillón, y me acomodo en las ramas parar mirar la investigación. Vuelvo antes de que la ropa se seque.

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