viernes, noviembre 03, 2006

Mi almuerzo camina

Empecé a ver al pollo como a un animal cuando lo veo en el spiedo. Es decir, pido un pollo en el supermercado y cuando la empleada me dice que elija uno del grill, miro como para buscar el pedazo de carne más suculento y lo que veo es otra cosa. Veo alas desplumadas, rotizadas y duras, estiradas hacia los costados del cuerpo atravesado por un fierro que lo sujetó mientras llameaba en la hoguera. A veces lo que miro se parece más a un animal embalsamado que a mi almuerzo. Pero elijo uno, me lo traigo a casa y lo coloco en la heladera. Ahora tengo uno ahí esperando la hora de la cena. Pobre bicho.

1 comentario:

Gonzalo Paredes dijo...

Exacto. Pobre bicho.