viernes, mayo 05, 2006

Pasacalles

Montevideo está lleno de pasacalles que te hacen levantar la cabeza si vas caminando. De vereda a vereda cruzan por el aire carteles sostenidos en los árboles, en los caños del alumbrado y desde cualquier lugar donde se pueda atar una cuerda.

Los pasacalles ocupan el espacio de la ciudad de forma similar a como lo hacen los graffitis en las paredes. Dejan mensajes colgados sobre el asfalto que a veces me recuerdan a posts aislados de algún blog.

Si vas por Avenida Brasil a un par de cuadras de la rambla te vas a encontrar con uno que dice "Bebé: ¿te querés casar conmigo?". Cuando lo vi me dió un poco de vergüenza ajena, bajé la cabeza y seguí caminando.

Otro día iba en el 14 camino al centro y cuando el ómnibus dio la vuelta al Obelisco miré por la ventana y justo a la altura de mis ojos había un pasacalles que colgaba entre dos árboles del parque de los Aliados. Era un agradecimiento público por el hecho de que el presidente del Uruguay es oncólogo y no sexólogo. El cartel fue colgado luego de que el presidente emitiera un decreto que prohíbe fumar en boliches, restaurantes, etc.

Hoy en la tele (canal 10) mostraron un pasacalles ubicado en la rambla del Parque Rodó. Colgaba sobre la vereda de la mismísima fachada del edificio sede del Mercosur y decía: "Se vende edificio con poco uso. Hablar con Chacho". Parece que a Chacho (Álvarez) no le hizo gracia el catártico humor montevideano y lo mandó sacar.

4 comentarios:

Carlos dijo...

No conozco ni tu ciudad, ni tu país, pero transmite algo tan agradable, como familiar de lugar no muy grande. Yo vivo en Santiago, Chile, es una ciudad de casi 6 millones de personas, enorme y en invierno tristemente contaminada, acá a veces todo es tan impersonal, eso de los pasacalles me suena a que allá no todo se lo ha tragado la modernidad...
Saludos.

Sole dijo...

Hola Carlos, tenés razón a Montevideo no la ha tragado ni la modernidad, ni la posmodernidad. Pero me parece que eso le pasa a la mayoría de los lugares en América Latina que se amalgaman como espacios ocupados por distintos tiempos. Lo que tiene su encanto y sus desgracias, claro. Los pasacalles me interesan como fenómeno de comunicación pero no los veo como algo que embellezca a Montevideo. De la tribu a lo impersonal hay una gran gama de matices. Cuando estás en una ciudad grande creo que la ventaja es justamente que tenés matices. Cuando el lugar es demasiado pequeño, como Uruguay y Montevideo, será menos impersonal pero no hay espacio para variar las tonalidades.

Saludos.

Anónimo dijo...

Hola..
Que interesante es leer y sentir la MonteVIdeo a traves de vos.. de tu mirar derramando palabras mas vivas que muertas..
Salu!

Sole dijo...

Gracias anonymous
¡Salú!