jueves, enero 12, 2006

Un amor inesperado

Azul se acerca al borde de la reja cuando mi mano está cerca. Se pega a mi dedo, tuerce la cabecita llena de plumas suaves y espera los mimos. Lo acaricio con palabras y con la parte de mi dedo que alcanza a colarse adentro de la jaula. Azul se queda quietito mientras lo mimo. Y yo sonrío. El a cambio me picotea el dedo despacito. Si saco el dedo y me cambio a otro lugar de la jaula va detrás mío. Le digo andá comé ahí tenés comida en el platito, pero no se mueve. Le acerco el plato y no hay caso. Entonces voy agarro unas semillas y se las ofrezco. Azul come de mi mano y a mí me crece un amor inesperado.

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