lunes, julio 19, 2010

Haciendo agua

La rotura de la primera bolsa fue calurosa. El agua conservaba algo del hervor original que se esparció para desaparecer entre las sábanas. Mis pies sintieron la tibia caricia que luego sonó a cachetada, con esa humedad fría subiendo desde el colchón. Me fui al otro lado de la cama tendido y helado al primer contacto pero que de a poco fue absorbiendo temperatura de mi piel. Finalmente me dormí.

La segunda vez desperté con frío en todo el cuerpo. El sueño me había distraído de la pequeña rotura que goteando me empapó las piernas y el camisón. Me levanté de la cama, me cambié la ropa y prendí el secador para intentar secar el lado húmedo del colchón. Después volví a acostarme.

La tercera vez fue ayer. La bolsa era nueva, no tenía más de dos noches en mi cama, el plástico conservaba esa firmeza del material reciente y el olor intenso a polietileno. No es que fuera particularmente encantadora; simplemente servía para dar calor. Poco duró el servicio porque a la tercera noche una abertura que se avizora apenas al lado del cierre de rosca –y engaña porque uno cree que lo que pasa es que no cerró bien el tapón, pero no: es un pequeño y despiadado agujerito que deja salir el agua que prolijamente se acomoda en un solo charco sobre el colchón. Esta vez no me levanté de la cama. Sin abrir los ojos, manoteé la bolsa y la tiré al piso. Moví los pies hacia un lugar seco –ya no tibio- y volví a dormir. Al despertar vi al lado de la cama al resto del agua sobre el parqué de madera. Limpié con un trapo el piso. A la bolsita me dió no se qué tirarla porque parece nueva.

1 comentario:

Ana Laura dijo...

Ay Sole, que horror!! Yo hace dos años que me modernicé y compré un calientacamas. Es de una plaza y lo pongo en el otro sentido contra la piecera de la cama, así que se convierte una gran bolsita de agua caliente -pero sequita y estable- todo a lo ancho de la cama.

Una ventaja adicional: lo bauticé como Harry -por mi amor Harrison Ford. Estoy segura que ni la flaca de Calista duerme todas las noches tan calentita como yo.

Saludos, me gustó tu blog, voy a seguir paseándome por aquí.