jueves, septiembre 03, 2009

Diario (nocturno) trivial

Escuché el momento exacto en que empezó a llover. No sonaba a lluvia, mas bien a ramas quebrándose, pero eran gotones suculentos cargados de agua golpeando el piso con resignación. Me alegró. Era el sonido que faltaba en esta noche silenciosa (el que sobra es el del ventilador de la computadora). Ahora las gotas caen finas y parejas, abundantes. Creo que me reencontré con el disfrute de la madrugada, con el bicho noctámbulo que hace años intento domesticar. Voy a apagar la computadora. Chau.

2 comentarios:

Eclipse dijo...

Haca más de un año creé un blog para reconciliarme con la lluvia.
ahora cada vez que llueve, en vez de pensar en la humedad que me molesta, en tener que mojarme (odio los paraguas) pienso en qué puedo escribir hoy...
hacer lo que más me gusta en el mundo siempre trae algo de positivo. vincularlo con algo que me digusta es una forma de forzar ese disgusto, a que se convierta en esperanza....
y los bichos nocturnos no se domestican nunca, creo. permanecen latentes pero, acaso, sacando lo mejor de nosotros.
abrazos. me gusta mucho leerte en estas síntesis cotidianas.

Sole dijo...

Hola Eclipse, gracias por pasar y conversar. La lluvia es una amiga!!
(Es cierto eso de que los bichos nocturnos no se domestican :-))
Hasta pronto.