domingo, octubre 21, 2007
Amor idealizado
Caminé hasta Punta Carretas por la rambla y di la vuelta. Seguí a ritmo rápido, hasta que se asomaron los edificios de Pocitos con aire de cincuentón venido a menos. Cuando camino siempre miro al mar, donde se refleja la ciudad que más quiero. Pero al girar la cabeza, las construcciones alineadas en la curva de la costa que llega hasta el Buceo, muestran otra ciudad, quedada en el tiempo, grisácea, playera, apagada. Otro Montevideo. Detrás de esos edificios desentona la falta de imaginación de algún arquitecto que repite, a menor escala, la fisonomía de las torres gemelas. Seguí caminando y miré de nuevo al mar. Ahí no está Montevideo.
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Mi ventana a Montevideo
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