martes, agosto 28, 2007
Silencio no es olvido
No hay olvido, ese es el problema. Cómo convivir con una memoria perenne, con el regreso de ese alboroto de hojas que vuelve espaciado, aletargado, y cuando nos agarra distraídos nos tumba cual rama débil que se creía tronco aferrado. No hay tierra, no hay olvido. Sólo memoria infinita que pasea imágenes diversas y cada tanto se estaciona en una, en aquella que no queríamos ver más. Y entonces las hojas se aquietan en silencio. Pero silencio no es olvido.
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