En las seriales policiales del tipo CSI, el culpable se encuentra en horas, o a lo sumo en dos o tres días. No hay días y noches de café y ojeras, y ni hablar de cigarrillos. Las policías se llaman criminalistas y tienen el pelo largo brillante como publicidad de champú del tipo 'yo me lo merezco'.
Si bien siempre tienen guantes y una infinidad de aparatitos, a la hora de hacer su trabajo en la escena del crimen se inclinan sobre el cadáver con todo el largo del pelo. Y las mujeres del otro lado de la pantalla sabemos que cuando tenemos el pelo largo, se cae y se te viene adelante de la cara. O sea si tenés que agacharte a mirar de cerca y con cuidado al muerto, te agarrás el pelo, te lo sujetás con las manos, o con una gomita o pinza, con algo...
Son tan perfectas que resultan asexuadas, y parece que es la idea porque cuando les ponen rasgos de humano las castigan. Si a una le gustó un compañero de trabajo, se la presenta como problemática. Si otra, después del laburo sale a tomarse una y conoce a alguien, la cosa se convierte en homicidio. Algunos personajes masculinos tienen pasados aventureros, salen con mujeres y las salidas no resultan en crimen. Aunque hombre o mujer, el criminalista perfecto está ahí metido la vida entera sin otro interés que los cuerpos muertos.
jueves, agosto 09, 2007
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