Casi me infarto, y encima tuve que escuchar el partido por la radio. Lo bueno fue festejar los gritos de gol del uno a uno y del dos a dos, junto a todo Montevideo. Dos momentos de alegría para la ciudad. Después, volvieron el silencio y los siete grados bajo cero de sensación térmica. Montevideo sin nieve y sin Copa América.
(Había escrito unas palabritas para Forlán y García, pero qué necesidad, ya se las gritamos. Espero que hayan escuchado.)
miércoles, julio 11, 2007
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