viernes, marzo 09, 2007

¡Pasen y vean que lindas tolderías!

Les Luthiers, Mastropiero que nunca, 1977



Mastropiero era un apasionado de la investigación histórica. Se pasaba largas horas en la biblioteca de la opulenta Marquesa de Quintanilla, cuyos volúmenes le apasionaban. Allí supo Mastropiero, precisamente allí... en la biblioteca, de la existencia de un enigmático personaje del siglo XV: el Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, hijo de Juana Díaz y Domingo de Carreras. Al principio de su investigación Mastropiero, supuso, que Don Rodrigo pertenecía a la misma familia Díaz que las célebres cortesanas Angustias y Dolores Díaz, pero luego, cotejando ciertas fechas comprobó que Angustias y Dolores no provenían de esos Díaz.

Mastropiero ya estaba por abandonar la investigación, cuando encontró en la biblioteca de la Marquesa, el viejo manuscrito de un anónimo poema épico redactado sobre la base del diario de viaje del Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, según este poema Don Rodrigo había arribado a las costas del Río de la Plata en 1491, o sea un año antes del descubrimiento oficial de América, este hecho por fin explicaba su título de Adelantado. El poema describía además su heroico periplo hacia el norte del nuevo continente a lo largo de muchos años, culminando su gloriosa gesta en la isla de Puerto Rico.

Impresionado por el hallazgo del poema, Mastropiero lo usó como texto para una de sus obras más célebres con la que Les Luthiers finalizan su recital de esta noche: "Cantata del Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, de sus hazañas en tierra de Indias, de los singulares acontecimientos en los que se vio envuelto, y de como se desenvolvió".

La obra se inicia con el arribo de Don Rodrigo a lo que luego se denominaría el Río de la Plata.


RELATOR: Culmina Rodrigo dura travesía, se acerca a la costa su fiel carabela, después de seis meses de brava porfía, desciende orgulloso y con galanura, ya clava su espada en la tierra soñada la tierra del oro y de la aventura.

DON RODRIGO: Llegamos a tierra firme, con nativos pronto dimos.

NATIVOS: ¡Nos descubrieron, por fin nos descubrieron!

DR: Y en convite conocimos sus tolderías

N: Pasen y vean que lindas tolderías

DR: Al conocer sus tesoros despertó mi idea fija, y al final cambiamos oro por baratijas

R: Oro por baratijas, que abuso, que trueque tan desigual, después del canje Don Rodrigo guardó en un enorme cofre lo que había obtenido, montañas... de baratijas

DR: Tramposos, aprovechadores devolved el oro

N: ¡Minga, minga!

DR: Rescatemos nuestro oro mis valientes con coraje, con la espada, con los dientes mi honra está en juego y de aquí no me muevo

N: (Gritan)

R: Firme ante le enemigo, firme con valor, firme DON Rodrigo, y DONRodrigo firmó la rendición. Echa a andar Rodrigo tras mejor estrella, leguas y más leguas hacia el rumbo norte, le siguen sus huestes en la heroica huella a través de montes, de valles, de sierras, mas destino esquivooo, encuentra nativos que al cantar auguran sus sones de guerra.

N: Somos comechingones, muy renombrados, joyas, collares, mantas, vendemos en el mercado y a los que no nos compran nos los comemos asados.

DR: No conseguiréis asustarme tras tan larga travesía, he venido a conquistarles y a vender artesanía, mi honra está en juego y de aquí no me muevo

N: (Gritan)

DR: Si me muevo

R: Y huye Don Rodrigo otra vez al norte, triste, sin su tropa, huye solitario, descarga del hombro su pesado cofre y haciendo un alto anota en su diario

DR: Ayer dimos con un grupo de nativos y fuimos atacados con todo éxito, he debido proseguir solo esta marcha ya que los indios decidieron quedarse a comer con los soldados, digo a los soldados

R: Y en varias jornadas de marcha muy dura llega a una meseta de increíble altura.

DR: Llegué a tierras altiplanas arrastrando con porfía mi cofre de artesanías, magra fortuna, allí encontré indios buenos que al ver mi traza ruinosa me cantaron una hermosa canción de cuna

N: Duérmase Don Rodrigo, duérmase, cierre sus ojitos no los deje abiertos, que si no se duerme se va a quedar despierto.

¡Duérmase, duérmase, duerma DON Rodrigo, duérmase, duérmase vamos duérmase, duérmase de una veeez!. Hihi.

R: Diez horas duró este arrullo puneño, Rodrigo agotado por tal cortesía prosigue su viaje en busca del sueño, del sueño de gloria.

DR: Disculpe

R: Del sueño de gloria que alienta sus días, descubrir poblados, conquistar reinados y vender si puede las artesanías.


texto completo en el sitio Los Luthiers de la Web
Ver en Youtube parte 2 y 3 del espectáculo.

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