jueves, marzo 09, 2006

Dejar de latir

Fue justo después del aterrizaje. No sabía que la vida podía esfumarse así. Todavía me parece verlos en la escalera. Él la agarraba de la cintura.

A ella no hubo quien la desprendiera de su lado. Lloró, pero en silencio. Le dió besos con una dulzura conmovedora y le acarició la cara apenas rozando sus dedos. Después se abrazó al cuerpo y se quedó quietita, como esperando que la muerte se le contagiara.

Te juro que quería levantarla, decirle que recién empezaba, que el amor la iba a volver a encontrar, un amor digno de toda esa ternura. Pero me quedé mirando los dos cuerpos acostados sobre el piso. Y me dio miedo. No por el que cuerpo que había dejado de latir, sino porque esa noche descubrí que hay formas más tristes de morir.

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