miércoles, enero 04, 2006

Robo

La miré fijo, le clavé los ojos a ver si parpadeaba o titubeaba, pero sin mirarme a la cara siguió palabra tras palabra como si de verdad la historia que estaba contando fuera de ella y no mía. Como si cada detalle le hubiera pasado a ella y no lo hubiera escuchado antes de mí. No pude decir nada, me asusté. La miré muy seria en silencio y la escuché. Que enojo y que miedo dan a veces los locos.

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